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Expresarse a través del trabajo: la historia de Mónica, una emprendedora textil.

En Cáritas acompañamos el esfuerzo de los emprendedores y brindamos alternativas para favorecer la cultura del trabajo. Mónica, es una emprendedora textil de Quilmes, provincia de Buenos Aires, y gracias a nuestro banco de herramientas, pudo obtener una máquina de coser para mejorar la calidad de la ropa, y también brindarle trabajo a dos personas que la ayudan en su taller.

“Siempre me gustó coser y desde chiquita, cuando mi mamá terminaba su trabajo y se iba a su taller, yo jugaba con las máquinas apagadas. A los 9 años, me enseñó a coser y la ayudaba con su trabajo, hacíamos camisones. Antes de cumplir los 18 años, yo ya me hacía mi propia ropa para salir en los fines de semana, así es como empecé a confeccionar”, explicó.

“Cuando terminé el colegio, entré a una fábrica de costura donde aprendí bastante, pero terminó fundiéndose. Para indemnizarme, me pagaron con máquinas de coser, lo cual me permitió seguir trabajando y poder mantenerme para vivir sola. Sin embargo, yo alquilaba y no me alcanzaba la plata, entonces empecé a confeccionar ropa por mi cuenta. Luego de eso, comencé a crecer y me expandí, dejaba mi ropa en locales y me presentaba todos los sábados y domingos, en una feria en San Telmo. En la feria me iba muy bien porque a los turistas le gustaba mi ropa, de hecho, me iba tan bien que, con una amiga, decidimos alquilar un local, pero duramos poco en ese lugar, porque no me dejaba tantas ganancias”, contó Mónica sobre sus comienzos en el mundo de la costura.

“A raíz de eso, me instalé acá en mi casa en Quilmes y cada vez tenía más máquinas. Después con el paso del tiempo, a través de una amiga, conocí una feria de Cáritas en Florencio Varela que era un éxito porque concurría mucha gente. Luego me metí en el banco de herramientas de Cáritas y me dieron una máquina zigzag e insumos. Eso mejoró la agilidad del trabajo porque con este tipo de máquina, podemos trabajar tres personas a la vez, en cambio, antes teníamos que turnarnos para trabajar”, reflexionó.

El trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal. Sumate a la campaña #TrabajarParaCrecer ingresando ACÁ y colaborá para que podamos seguir brindando oportunidades a quienes más lo necesitan para que se conviertan en protagonistas de su propio desarrollo.

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