“Hay distintos rostros de la pobreza en la Argentina que nos duele y nos duele mucho. Por ejemplo, de niños, niñas y adolescentes a cuyos papás les cuesta poner un plato de comida en su mesa”, afirma Mons. Gustavo Carrara, presidente de Cáritas Argentina en su mensaje de Navidad.
“Cada uno de nosotros, en los lugares más distintos del país, puede descubrir distintos rostros de la pobreza. Tenemos que transformarlos en rostros de esperanza y eso lo podemos hacer a través de una solidaridad bien concreta”, explica.
Esa solidaridad concreta se expresa en obras. Por eso, a esta altura del año, es oportuno valorar todo lo que pudimos hacer juntos y agradecer a quienes brindaron su colaboración desinteresada para cambiar algunos de estos rostros de la pobreza.
En el video que más abajo ilustra esta nota les contamos, a modo de síntesis, algunas grandes acciones que llevamos adelante en este año que termina.
Amor en obras
Lo más importante en esta breve síntesis es lo que no se ve, pero se percibe con intensidad: el amor que hace posible la realización de estas obras.
En efecto, detrás de cada una de ellas hay decenas de miles de personas que trabajan silenciosamente para transformar los rostros de la pobreza: voluntarios de Cáritas que aportan su esfuerzo, animadores barriales que suman su trabajo, voluntarios individuales que brindan sus talentos, donantes individuales que aportan lo que está al alcance de sus posibilidades y empresas que colaboran con bienes, servicios o dinero.
Es este amor solidario al prójimo, multiplicado por miles, lo que hace posible el verdadero milagro de Cáritas: transformar esos rostros de la pobreza en rostros de esperanza en todo el país. Un logro enorme que empieza sencillamente, cuando compartimos.
Desde Cáritas queremos agradecer a quienes colaboran para hacer realidad el sueño de un país más solidario y los invitamos a seguir trabajando juntos, deseándoles un muy feliz 2025.