Jazmín Riveros tiene 8 años y vive en el barrio Eva Perón III, en la periferia de Villa Mercedes, provincia de San Luis. Su casa es un modesto rancho, de un ambiente y sin ventanas. Su sueño: “tener mi propia casa. Otra, que sea real. Porque esta es de madera y nylon. Yo quiero una de ladrillos, con cemento y pintura”.
Su papá, Mariano, trabaja en la construcción y explica “estoy proyectando construir una pieza de material, una cocina. Semana a semana vamos comprando una bolsa de cemento, un metro de arena y se va armando de a poquito. Pero cuesta”. La mamá de Jazmín se llama Vanesa y trabaja cuidando a una persona de 94 años. Llegaron de Mendoza hace un año buscando una vida mejor.
A Jazmín la escuela le queda bastante lejos y alguno de sus papás la lleva en moto. “Voy a la tarde porque a la mañana hace frío”, explica, aclarando que “me gustó venirme a vivir acá, hice amigas, tengo una nueva escuela. Pero mi bicicleta la tuve que dejar en Mendoza”, dice con una sonrisa.
Su papá está orgulloso de ella “En el colegio le va muy bien», relata. “Tiene algunas complicaciones porque se atrasó por la pandemia, le cuesta leer y hacer las cuentas, pero la ayudamos con la mamá. Nos vinimos porque no nos alcanzaba para vivir. Yo terminé el primario nada más, el secundario no lo pude hacer porque desde chiquito empecé a trabajar. Queremos que ella tenga su espacio y su pieza. Me gustaría que ella pueda tener lo mejor, una buena vida, que se pueda defender y sea una gran persona”, concluye Mariano.
La realidad de Jazmín es compartida por más de 70 familias que viven en el asentamiento. Cáritas se esfuerza por brindar un acompañamiento cercano y desde la Capilla de Nuestra Señora del Buen Viaje todos los sábados se preparan y reparten más de 200 viandas. También se arman 20 bolsones con alimentos, que cada mes los voluntarios llevan directamente a las familias, se brinda apoyo escolar organizado por los jóvenes de Huellas Franciscanas y tienen un ropero que asiste a más de 90 familias de la zona.
“Acompañamos desde la necesidad emergente y avanzamos con lo que tenemos, como el bolsón, las viandas, las meriendas, los muebles o los juguetes. Pero nuestro horizonte está en que cada niño, joven o adulto, integrante de una familia logre a través de una actividad digna, generar sus propios recursos para lo cotidiano”, señala Jorge Alberto Jornet, integrante de Cáritas San Roque.
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