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La Rioja. Tierra de mártires de pueblo y celebración

Los días 24 y 25 de abril, la ciudad de La Rioja, fue sede del encuentro de los referentes de la red Ecosol (Economía Social y Solidaria) de Cáritas en el marco de un evento trascendente como lo fue la beatificación de los mártires riojanos. La reunión se planificó a fines del 2018 con el objetivo de abordar la Identidad y Espiritualidad de esta red que se va “tejiendo” con múltiples proyectos a lo largo de todo el país. Casi por casualidad en medio de una charla con la directora de la diocesana, Herminia Vega, o porque así lo habrán querido esos que hoy llevan el título de beatos, el lugar donde finalmente se produjo el encuentro fue la sede de la Cáritas diocesana -edificio que alguna vez albergó al mismísimo Monseñor Enrique Angelelli y donde también funcionó la sede de la cooperativa de trabajo que acompañaron las hermanas de la congregación del Divino Maestro durante los años ´71 y ´75.

El Centro Nueva Tierra fue invitado al convite y, de la mano de Nestor Borri, incorporó el tema de la comunicación de la red (tanto hacia adentro de la Cáritas como hacia afuera) y promovió mediante charlas y actividades espacios profundos de análisis y debates para seguir construyendo y visibilizando las acciones de este colectivo de trabajo.

El primer día, luego de compartir un rico almuerzo hecho por manos emprendedoras de mujeres que trabajan en la economía social (todas las comidas estuvieron a su cargo) y de una presentación personal de las personas que viajaron de diferentes lugares del país (27 en total de distintas regiones) comenzó el encuentro propiamente dicho. En el inicio, la propuesta fue analizar en grupos lo positivo y negativo de la red Ecosol desde cuatro 4 ejes: Identidad – Práctica / Comunicación – Espiritualidad. Este espacio permitió el intercambio de pareceres y desafió a todos a pensar y re-pensarse. Por la tarde también hubo oportunidad de participar en las actividades que se desarrollaron en las carpas montadas especialmente para los actos de beatificación en la plaza 25 de Mayo en el centro de la ciudad. Al día siguiente, el grupo se trasladó hasta el almacén comunitario que se encuentra en la comunidad Divino Niño donde se continuó con el segundo bloque de trabajo a partir de “lo escuchado, lo vivido, lo sentido” y finalizó con una producción comunicacional por grupo haciendo foco en todo aquello que se quiere decir pero también pensando en el fuerte compromiso que esto implica desde el lugar tan particular que toca transitar.

Pero sin lugar a dudas, el mejor momento de las jornadas fue cuando llegaron las visitas: Susana y María Rosa, hijas de Wenceslao Pedernera. Ellas compartieron de forma clara y simple las vivencias de “su papi”, este trabajador rural, delegado de sus compañeros elegido por su locuacidad y temperamento; relataron algunos de sus recuerdos, recordaron que “su papi” no quería verlas pelear y que las hacía abrazar -aún estando enojadas-, hablaron de ese hombre que siempre dispuesto a llevar a quien necesitará al hospital sin contemplar los gastos de combustible o su cansancio, del que no quería casarse por la iglesia católica porque no creía en los curas vestidos con polleras negras, nos contaron de su conversión y su enamoramiento por la pastoral promovida por Monseñor Angelelli. En este contexto que se fue convirtiendo de a poco en una reunión familiar, las risas y la alegría brotaban en cada rincón y finalmente y fue en ese momento que desde la red Ecosol se le pidió a ellas autorización para que “el Wence y la Coca” sean los guías espirituales tomando a la familia como el reflejo de su andar. Contentas aceptaron y sellaron el pedido con abrazo caracol (en el centro las abrazadas y alrededor el resto de las personas protegiendo, curando, acariciando y guardando un momento que se atesora en quienes participan).

También pasó por el encuentro el actual obispo de La Rioja, Dante Braida, quien quiso saludar especialmente al grupo y agradecer particularmente el trabajo que se realiza de manera cotidiana en cada lugar. Cada participación y las resonancias fueron compartidas en diferentes momentos del día, ya que todos los lugares visitados tenían el espíritu de los mártires por lo que se sentía la compañía en las calles, los bares, en los taxis; cada poblador quería contar alguna vivencia propia o de sus padres/abuelos con “el pelado”, se respiraba una necesidad de hablar y obviamente, de los peregrinos por escuchar.

El sábado 28 de abril, con gran entusiasmo y mucha emoción, el grupo emprendió camino rumbo al Parque de la Ciudad, lugar elegido para la ceremonia central de beatificación de los mártires. Miles de personas envueltas en un espíritu fraterno compartieron el rito de canonización de Monseñor Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos de Dios Murías y Gabriel Longeville y el trabajador rural Wenceslao Pedernera. Hubo cantos, abrazos, risas, llanto… todos celebraron con profunda alegría un acto de justicia: “vivan los mártires” se escuchaba de lejos cada tanto y la respuesta colectiva no se hacía esperar: “¡VIVA!.

Finalizado este momento, nuevamente el grupo se puso en marcha para partir hacia Sañogasta para conocer la tierra donde se sembró Wenceslao y para participar de la misa y cierre del Encuentro de Movimientos Populares que a la luz de la vida del beato compartieron un espacio de reflexión e intercambio de la realidad y la memoria que han construido a lo largo de años de camino. Aquí fue el obispo Marcelo Colombo –persona clave en el desarrollo de este momento histórico- quien ofició la celebración. La Cáritas del lugar junto con comunidad, esperó a los peregrinos con un pueblo adornado de banderines y presentes realizados con cascaras de nueces (producción típica de la zona).

Como último paso del encuentro de la red Ecosol de Cáritas, el día domingo amanecieron bien temprano para ir a la tierra del martirio de Angelelli: Punta de los Llanos. El encuentro allí estuvo cargado de emoción, con el calorcito de un mate cocido y saboreando pan casero, compartieron el espíritu de Enrique Angelelli y la resonancia de sus palabras. Con “un oído en el Pueblo” todos pudieron evocar y recordar a tanta gente, la entrega de tantos compañeros, cada uno abrazaba a otros como abrazando a miles. Muchas sensaciones quedaron seguramente en la memoria de esos días de tanta gracia compartida; cada uno volvió a su tierra con la alegría de haber sanado un poco, con los corazones repletos de sensaciones guardadas y a la espera de salir para compartir con otro; con la esperanza transformadora renovada para resignificar las luchas y los caminos del Pueblo.

Quedan dando vueltas en las cabezas las palabras del Pastor / Poeta que tuvo la ternura de mujer para acariciar a su Pueblo y proclamar a viva voz: “Y mientras se encienden las estrellas… allá lejos, sigue floreciendo el amor”.

Nota escrita por referentes de Cáritas Bahia Blanca, en colaboración con Cáritas Nacional.

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