Mons. Gustavo Carrara fue elegido presidente de la Comisión Episcopal para Cáritas. Lo acompañan Mons. Roberto Álvarez y Mons. Enrique Martínez Ossola, como integrantes de dicha comisión.
En la 125° Asamblea Plenaria, realizada del 11 al 15 de noviembre, los obispos reunidos en Pilar, Buenos Aires realizaron elecciones estatutarias trienales para renovar las autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
Durante las deliberaciones se fueron eligiendo las nuevas autoridades de la CEA, los obispos que estarán a cargo de las regiones pastorales y los que presidirán e integrarán las distintas comisiones, consejos y delegaciones durante el próximo trienio 2024-2027.
De este modo se renovó también la Comisión Episcopal para Cáritas Argentina, que será presidida por Mons. Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires. Lo acompañarán durante estos años Mons. Roberto Álvarez, obispo de Rawson (Chubut), y Mons. Enrique Martínez Ossola, obispo auxiliar de Santiago del Estero, como miembros de la comisión.
Es oportuno recordar que tanto Mons. Carrara como Mons. Álvarez ya integraron la comisión durante el trienio anterior. Por otra parte, los tres obispos fueron nombrados por el Papa Francisco y cuentan con una valorada experiencia de trabajo pastoral en los sectores más vulnerables.
Todos los que integramos la gran familia de Cáritas, autoridades, comisiones parroquiales, diocesanas, equipo nacional y voluntarios recibimos con alegría a los nuevos pastores. Y agradecemos su disponibilidad para comenzar a recorrer junto a las comunidades este camino de servicio y promoción humana en favor de quienes más nos necesitan.
También queremos agradecer muy especialmente la generosidad de Mons. Carlos Tissera quien, como integrante de la comisión primero y como presidente después, acompañó la labor de Cáritas durante más de una década.
María Elena Acosta, coordinadora del equipo de adicciones de Cáritas describe la enorme tarea que se lleva adelante para acompañar la vida y devolver la esperanza.
Las drogas y los problemas del consumo son realidades lamentablemente instaladas en todas las comunidades, urbanas o rurales, de nuestro país. No obstante, el mayor daño social lo producen en aquellos lugares más postergados, donde las oportunidades de trabajar y progresar son escasas o nulas.
Son enormes sectores, tanto geográficos como sociales, donde no hay redes de contención institucionales o comunitarias, ni posibilidad de acceso a la salud, ni incentivo o motivación que puedan ayudar a superar el drama de la adicción. Es allí donde, como Cáritas, queremos llegar con nuestra presencia y nuestro servicio.
Nadie se realiza en soledad
María Elena Acosta, coordinadora del equipo de adicciones de Cáritas Argentina, explica que, con los voluntarios, trabajan para ofrecer respuestas integrales a este problema. Junto a las comunidades locales “sostenemos más de 250 centros barriales en los que brindamos contención y acompañamiento comunitario a personas que están atravesadas por el consumo problemático de sustancias”, afirma.
“El sentido de este trabajo es generar vínculos, porque nadie se realiza en soledad. Desde los centros barriales recibimos la vida como viene, acompañando a cada espacio, desde lo económico, desde la infraestructura, realizando talleres, capacitaciones, acompañando a los equipos en cada lugar”, describe María Elena.
Los servicios que se ofrecen son variados, para responder a las distintas realidades. “Tenemos más de 25 granjas para mujeres, algunas con niños, y varones que están realizando un proceso de recuperación en sus adicciones. Contamos con cooperativas de trabajo en el rubro textil, construcción y gastronómico que acompañan el plan o proyecto de vida de las personas que están en un camino de recuperación”, detalla.
Y, pensando en los entornos vulnerables en el que crecen muchos niños y adolescentes, Cáritas impulsa también la creación de espacios sanos que puedan contenerlos y formarlos en valores. “Creemos en la prevención de las adicciones, por eso acompañamos a más de 70 clubes parroquiales en todo el país, donde se realizan actividades deportivas y culturales”, concluye María Elena
Con el lema “La oración del pobre sube hasta Dios”, el papa Francisco invita a llevar nuestra solidaridad a cada pobre con iniciativas de ayuda concreta.
El 17 de noviembre la Iglesia celebró la VIII Jornada Mundial de los Pobres, una propuesta del papa Francisco que nos invita a tomar mayor conciencia sobre esta realidad que excluye a millones de personas en nuestro país y en todo el mundo.
“Es una ocasión propicia -afirma- para llevar a cabo iniciativas que ayuden concretamente a los pobres y, también, para reconocer y apoyar a tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados”.
El lema que anima la reflexión de este año es “La oración del pobre sube hasta Dios”, una frase bíblica tomada del libro del Eclesiástico (cf. Si 21,5). Sobre ese texto, el Santo Padre reflexiona sobre la importancia de la oración y la predilección de Dios por los más humildes.
La reflexión del Papa
En su mensaje anual, Francisco destaca que “los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios”. En efecto, explica, que Él “como Padre, cuida de los que más lo necesitan: los pobres, los marginados, los que sufren, los olvidados. Pero nadie está excluido de su corazón, ya que, ante Él, todos somos pobres y necesitados”.
Sin embargo, en el contexto actual, se pisotea el derecho y la dignidad de los demás, “como si fuéramos los dueños de la vida o como si tuviéramos que conquistarla”, sostiene. Ante esta realidad, el Papa nos anima a no retroceder, llamando a “cada cristiano y cada comunidad a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad”. “Cada uno de estos ´pequeños` –enfatiza- lleva impreso el rostro del Hijo de Dios, y a cada uno debe llegarles nuestra solidaridad y el signo de la caridad cristiana”.
Nuestro compromiso
Quienes formamos parte de Cáritas Argentina, recibimos y asumimos el mensaje del papa Francisco renovando nuestro compromiso de servicio a los más pobres.
Viendo en cada uno de ellos “el rostro de Dios”, miles de personas se esfuerzan cotidianamente en nuestras comunidades para acompañar, promover y lograr la inclusión de tantas familias, adultos, niños, madres, jóvenes y ancianos, que sufren situaciones de pobreza y marginación.
Por eso, para Cáritas, esta Jornada Mundial de los Pobres también es ocasión para reconocer y valorar, como expresa el papa, “a tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados”, llamando a “agradecer al Señor por las personas que se ponen a disposición para escuchar y sostener a los más pobres”.
La enorme misión que en Cáritas llevamos adelante no sería posible sin el esfuerzo silencioso de miles de personas que colaboran en parroquias, capillas, centros barriales, instituciones. Junto a ellos, nuestros donantes son el otro pilar que sostiene nuestra misión. Queremos construir una sociedad más justa e inclusiva y para eso necesitamos la participación de todos. Te invitamos a sumarte y colaborar con Cáritas.
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