Cada año, la llegada del frío invernal pone en evidencia el drama muchas veces invisibilizado de la desigualdad. Cuando empezamos a valorar la ropa de abrigo, los ambientes calefaccionados, el agua caliente, comenzamos a “ver” lo que siempre estuvo allí: hermanos viviendo a la intemperie en la calle, familias sin gas ni calefacción, hogares sin agua caliente o un baño en la vivienda. Esta realidad adquiere hoy una dimensión más dolorosa frente a una pandemia que exige rigurosas medidas de prevención, personal y comunitaria.
Frente a este tipo de situaciones, todos podemos hacer algo. Los voluntarios de Cáritas, con una enorme vocación de servicio, vienen brindando ayuda material y contención espiritual a centenares de miles de familias en todo el país. Junto a la ayuda alimentaria y sanitaria que están distribuyendo desde el estallido de la pandemia, en este tiempo se suma la habitual entrega de artículos de primera necesidad y abrigo para poder transitar el invierno.
El trabajo desplegado es enorme y, a modo de ejemplo, podemos mencionar algunas acciones que se llevan a delante en dos Cáritas diocesanas con realidades muy distintas:
Cáritas San Luis
Esta comunidad cuyana, además del trabajo de relevar las familias en situación de vulnerabilidad, para brindarles la ayuda que necesitan, inició otro relevamiento para detectar familias que, por la emergencia sanitaria, no han podido salir a trabajar (vendedores ambulantes, artesanos, jornaleros) y que de pronto se encontraron sin recursos para subsistir. Es una nueva realidad de pobreza que trajo la pandemia, y a todos ellos se les brinda acompañamiento y asistencia.
Además, complementando la entrega de Bolsones de Alimentos, trabajan articuladamente con otras organizaciones que asisten a personas en situación de calle y, como es habitual para esta época, varias parroquias organizan campañas para colectar y distribuir frazadas, mientras que otras directamente se ocupan de su confección a crochet. Los Jóvenes en Cáritas, por su parte, realizan campañas, tanto de frazadas como de ropa de abrigo y calzado.
De este modo, Cáritas San Luis está presente en 26 comunidades en toda la Provincia, asistiendo a más de 13.000 personas con alimentos, ropa y calzado y acompañando a 27 comedores y merenderos, tanto de Caritas como de otras organizaciones barriales.
Cáritas Buenos Aires
Esta comunidad del AMBA ofrece una variada gama de servicios para responder a las realidades de la pobreza urbana. Aunque algunas acciones se articulan con los organismos del Gobierno de la Ciudad, la mayoría de las Cáritas parroquiales llevan adelante sus propias iniciativas, reforzando en este tiempo la distribución de bolsones de alimentos, la preparación de viandas calientes, y la entrega de ropa y abrigo.
Así, varias parroquias que no tenían comedor abrieron el servicio a raíz de la situación de la Pandemia; la Vicaría Flores, por ejemplo, tiene 10 comedores nuevos. Al mismo tiempo, otras han debido ampliar sus servicios, como la parroquia Santa Elisa (Vicaría Centro), por ejemplo, que agregó dos días de atención a su comedor, en formato viandas, y prepara en cada almuerzo más de 300 porciones.
Con respecto a la distribución de ropa y abrigo, los ejemplos son también numerosos y podemos destacar los que se destinan a personas en situación de calle. Para ellos la Casa de la Caridad Vicaría Centro está armando bolsas de dormir y capas, los voluntarios de la parroquia Santa Rosa de Lima confeccionan ponchos de abrigo y Nuestra Señora de Balvanera confecciona cuellos/gorros de polar. Muchas comunidades entregan frazadas, como la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, que logró reunir 100 en una semana, mientras que otras, como Jesús Sacramentado, entregan frazadas por la noche y viandas calientes.
Tu generosidad aumenta la esperanza
Estas acciones, como tantas otras que se están llevando adelante en todo el país, son posibles gracias a la generosidad de miles de personas solidarias que anónimamente colaboran donando alimentos, ropa, servicios, artículos de primera necesidad y dinero para poder comprarlos. Son personas como vos o como yo, que en medio de las tantas dificultades de la pandemia, pueden “ver lo que siempre estuvo allí”, la tremenda desigualdad social, y sienten que “todos podemos hacer algo”, aunque sea compartir una humilde pero digna prenda de abrigo.
Desde Cáritas queremos invitar a todos a seguir colaborando para transformar la realidad de tantos hermanos que sufren. Los canales de donaciones son los de siempre:
– para colaborar con alimentos, ropa de abrigo y otros artículos de primera necesidad, hay que ponerse en contacto, por teléfono o a través de las redes sociales, con la parroquia del barrio;
– para colaborar con dinero, además, se puede ingresar a www.caritas.org.ar/sumate y hacer la donación sin salir de casa.
Cáritas es amor en obras. Sumate!